Siempre se ha dicho que el fondo de ojo es una ventana al cerebro, de ahí que su valoración no sea patrimonio del oftalmólogo, sino que tiene interés para quienes se dedican a la patología neurológica o neuroquirúrgica y para quienes atienden a pacientes con patología aguda en los Servicios de Urgencias.
Desgraciadamente, durante los últimos años, y en paralelo a la creciente disponibilidad de estudios de neuroimagen, el uso del oftalmoscopio en la valoración de los pacientes neurológicos se ha hecho más infrecuente. Obviamente es un error prescindir de esta parte de la exploración, por cuanto nos proporciona datos con respecto a la existencia de hipertensión intracraneal que no siempre pueden ser reemplazados por la neuroimagen.
No se trata ni mucho menos de una técnica difícil aunque, como todas, requiere método y experiencia. En el siguiente vídeo encontraréis una excelente explicación del método. Respecto a la experiencia...
Una vez que hemos superado los escollos técnicos necesitamos interpretar lo que estamos viendo, y eso requiere aprendizaje. Para ayudarnos un poco, nuestro compañero el Dr. Leonardo Moreno, del Hospital Pablo Tobon Uribe de Medellín, nos ha proporcionado un interesantes enlace a un atlas de la Universidad Católica de Chile, donde repasan detalladamente la semiología del fondo de ojo. Lo podéis encontrar aquí.
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