Las hemorragias cerebrales han sido siempre el hermano pobre de la patología cerebrovascular. Mientras el ictus isquémico encontraba su primer tratamiento eficaz a mediados de la década de los 90 del siglo pasado, con la llegada de la fibrinolisis, las hemorragias chocaban una y otra vez con esperanzas defraudadas. Tanto los fármacos como los procedimientos intervencionistas se han mostrado hasta el momento incapaces de demostrar un beneficio neto para los pacientes tratados y las hemorragias cerebrales siguen siendo el más letal y el más discapacitante de los ictus.
La reciente publicación en la revista "New England Journal of Medicine" del denominado estudio ENRICH puede marcar el principio del fin del nihilismo en el abordaje de las hemorragias. Por eso le dedicamos una de las sesiones clínicas del Servicio de Neurología del HUCA la semana pasada. La podéis revisar a continuación:
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