Tintín y la encefalopatía de Milú



En el comic "Tintín en el Tíbet" el protagonista comete un error diagnóstico: al ver a su perro Milú caminando con dificultades, claramente mareado y somnoliento, diagnostica un mal de altura ("mal de montaña"). Milú, además, sufre diplopia y termina cayéndose por un barranco aunque (spoiler a continuación) se salva al caer en el agua del río. Lo que Tintín no sabe es que Milú ha estado bebiendo whisky que se caía de la mochila del Capitán Haddock. Por tanto sufre una encefalopatía tóxica, y no un mal de altura. 

La sospecha de Tintín, no obstante, tiene sentido. Los sujetos no adaptados a la escasez de oxígeno de las cumbres altas sufren un desproporcionado aumento del flujo sanguíneo cerebral, que trata de compensar la hipoxia, y que acaba produciendo un edema cerebral difuso. En su exploración puede observarse un edema de papila. El edema cerebral afecta sobre todo a la sustancia blanca y, en particular, al esplenio del cuerpo calloso. 

El mal de altura ocurre habitualmente a partir de los 2400 m y su desarrollo está también ligado a la velocidad de ascenso. 

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